Para sustancias como la grasa, el aceite y la cera que son especialmente difíciles de eliminar, las lavadoras de alta presión con agua caliente proporcionan una mayor fuerza de limpieza. Con agua caliente, la descomposición y disolución de estos contaminantes persistentes ocurre mucho más que con agua fría. Estos tipos de lavadoras se utilizan a menudo en entornos industriales, talleres de reparación automotriz y cocinas comerciales que requieren limpieza pesada. Tienen elementos de calefacción incorporados que calientan rápidamente el agua a la temperatura preferida. Las lavadoras de alta presión con agua caliente suelen permitir al usuario cambiar la configuración de temperatura y presión para diferentes tareas de limpieza. Aunque estas lavadoras tienen beneficios, pueden ser más costosas de operar que las unidades con agua fría debido al sistema de calefacción requerido. Además, pueden necesitar más mantenimiento.